En carne de cerdo te ofrecemos una amplia variedad de cortes de cerdo de los distintos tipos:

• Cerdo blanco, una carne rosada, muy tierna y de bajo contenido graso.
• Cerdo ibérico, presenta valores nutricionales excepcionales, la grasa infiltrada en su musculatura le otorga una mayor jugosidad. 
• Duroc, su carne no suelta agua en la sartén, es más jugoso y tiene un sabor más intenso. 
• Cerdo alimentado con castañas, variedad gallega que ofrece una carne diferenciada y de alta calidad.

• Pollo, además del pollo blanco tradicional encontrarás pollo libre de antibiótico o  pollo libre de corral.
• Pato, tenemos el surtido más amplio que se pueda encontrar en el mercado de distribución a hostelería y aunque la gama más importante es la del foie, tenemos infinidad de cortes tanto en pesos fijos como variables, siempre adaptándonos a tus necesidades. 
• Pavo, distintos cortes y pesos, soluciones que se ajustan a lo que el cliente nos pide, desde jamoncitos a pechuga.

• Cordero lechal, menos de un mes de edad y alimentado exclusivamente de leche materna.
• Cordero recental, menos de tres meses y alimentado de leche y pastos.
• Cabrito, menos de un mes de edad.

• La vaca es el animal hembra mayor de 4 años que tiene un peso entre 500 y 700 kg, su alimentación se basa en pienso y pasto. La carne es roja y fibrosa. Las piezas con grasa veteada, de un característico color amarillento, son muy apreciadas por su intenso sabor.
• El buey es el macho castrado, pudiendo llegar a pesar hasta 1000 kg. Al estar castrado la carne consigue mayor infiltración de grasa, esta es de un color ámbar a dorado, indicativo de que el animal ha tenido una alimentación natural con pasto y cereal. La carne de buey tiene un sabor y textura excepcionales. Es una de las más apreciadas para los famosos chuletones.
• El toro es un macho que no ha sido castrado. La carne de toro es la menos conocida, sin embargo es económica, sana, fibrosa y poco grasa, ya que el animal pasa la mayor parte de su vida en el campo, al aire libre. Es un producto con mucha aceptación en restauración.

• Proteínas: con un alto valor biológico para nuestro organismo —solo superadas por las del huevo— por la presencia de aminoácidos esenciales que favorecen la reconstrucción de tejidos y el fortalecimiento de huesos y músculos.
• Hierro: aporte de hierro “hemo”, muy similar al que existe en nuestro organismo, por lo que se absorbe mejor. Fundamental para transportar oxígeno y la formación de hemoglobina.
• Vitamina B12: solo se encuentra en productos de origen animal como la carne. Es muy importante para la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del sistema nervioso e inmunitario. Su déficit provoca anemia e, incluso, daños cerebrales.
• Vitaminas del grupo B: además de la B12, la carne es fuente de otras vitaminas del grupo B, como la B1 (tiamina), la cual contribuye a transformar los hidratos de carbono en energía y resulta esencial para el funcionamiento del cerebro.
• Antioxidante: entre los beneficios de la carne está también el aporte de selenio, un mineral que nos protege frente a metales pesados y fortalece a nuestro sistema inmunitario. Este refuerzo se complementa con la presencia de zinc.  

• Carne fresca: debe refrigerarse lo antes posible a una temperatura de unos 4º. Es muy importante que siempre se almacene con algún tipo de protección, una cuestión de la que, en nuestro caso, no tendrás que preocuparte ya que todos nuestros productos se comercializan envasados (al vacío, en bandejas…). Hay que tener en cuenta que si se trata de carne cortada o picada su período de caducidad se reduce (entre tres y cinco días).
• Carne congelada: en el caso de la carne que ya se compra congelada es muy importante no romper la cadena de frío e introducirla en la cámara con el envase que se comercializa. Si quieres congelar una carne comprada en fresco hazlo lo más rápido posible para evitar la formación de cristales de hielo y siempre con un film transparente o un envase con cierre hermético. La temperatura de congelación recomendada es de -18º (con posibilidad de hasta -26º). En la ultracongelación se somete a temperaturas extremas de hasta -40º en un período breve de tiempo, lo cual posibilita mantener sus propiedades nutritivas y organolépticas.
• Descongelar: para hacerlo de forma segura y evitar la aparición de bacterias es importante realizarlo lentamente y de forma natural. Lo más aconsejable es introducirla en la nevera en vez de usar fuentes de calor, ya que provocarían la pérdida de sabor y nutrientes. Eso sí, una vez descongelada debe consumirse lo antes posible.