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    Tarros para conservas


    Los tarros están encontrando cada vez más utilidad en la cocina, ya sea para el almacenamiento, la presentación o la conservación de alimentos. Los hay de todo tipo, como tarros de conserva, con tapa de rosca, de mermelada o con tapa de vidrio. Te vamos a explicar la diferencia exacta en esta guía.


    1. ¿Qué tipos de tarros hay?


    Hoy en día, los tarros vienen en muchos tipos y formas diferentes, que se distinguen principalmente en términos de tamaño y cierre. Por eso, nos gustaría describir brevemente los tipos más comunes.


    1.1 Tarros de boca ancha: los más prácticos

    Los frascos de boca ancha son la versión más popular y práctica de este tipo de recipiente. Gracias a su forma, son ideales para darles la vuelta. Su amplia apertura facilita la extracción de la comida en conserva que contienen.


    La mayoría de los tarros de boca ancha tienen una capacidad comprendida entre 200 y 500 mililitros, pero también hay variantes de hasta un litro de capacidad. Estos tipos de frascos vienen con una tapa enroscable o de vidrio.


    1.2 Tarros herméticos

    Los tarros herméticos cuentan con un mecanismo de cierre similar al tapón Hutter de las botellas de gaseosa. Gracias al cierre metálico de la tapa, se pueden abrir y cerrar perfectamente. 


    El anillo de goma entre la tapa y el frasco garantiza un cierre hermético. Dado que la producción de frascos con este tipo de mecanismo es bastante compleja, son un poco más caros que los frascos con tapas de rosca o los de boca ancha.


    1.3 Tarros de conserva

    En contraposición con otros tipos de tarros, los de conserva sólo se fabrican con tapas de vidrio. La marca Weck se especializa en este tipo de productos con la mayor calidad. 


    Se encuentran en muchas formas diferentes, como de boca ancha, cilíndricos, de joyería y redondeados. Los tarros de conserva se cierran herméticamente con pinzas o anillos de goma.


    1.4 Tarros de mermelada

    Los tarros de mermelada o de miel suelen estar equipados con una tapa de rosca de plástico o metal. El volumen de llenado se sitúa entre 250 y 500 gramos.


    • Decoración para tarros de mermelada: tapa de tela
    •  Accesorios para tarros de miel: cuchara para miel


    2. ¿Qué tipos de cierres hay?


    Los tarros cuentan con tres tipos de cierres diferentes. A continuación te explicamos las diferencias entre un cierre twist-off o también llamado tapón de rosca, las tapas de cristal y los cierres de pinza.


    2.1 Cierre twist-off o también tapa de rosca

    Por un lado, están los tarros con cierres twist-off, vamos, los tarros con tapas de rosca de toda la vida. Son muy duraderos porque no pierden su forma. 


    Los tarros de miel y mermelada suelen tener este tipo de cierre.


    2.2 Tapa de vidrio con anillo de goma y cierre de metal

    Los tarros de conservas y aquellos de alta calidad suelen tener una tapa de vidrio. Además, estas tapas cuentan con un anillo de goma y piezas metálicas para asegurar el cierre.


    2.3 Cierre Hutter

    El cierre Hutter combina las ventajas de diferentes cierres. Este tipo de cierre también se utiliza para botellas, como las tradicionales de gaseosa. 


    Los tarros con tapa metálica suelen tener este tipo de cierre. También tienen un anillo de sellado entre el frasco y la tapa. 


    Este tipo hace uso del principio de palanca y se sustenta mediante un gancho metálico. La desventaja es que este tipo de cierre es susceptible de dañarse y ensuciarse. 


    Por otro lado, la tapa siempre está conectada al frasco y no puede perderse.


    3. Cómo usar los tarros


    Los tarros se utilizan principalmente para frutas en conserva, así como diversas verduras, chutneys y pestos. Sin embargo, también se emplean a menudo para almacenar productos secos, como muesli, por ejemplo:


    • Diferentes cierres para cada propósito
    • Reutilizable
    • Hermético
    • Decorativo
    • Presentación de productos
    • Idea de regalo


    4. ¿Qué hay que tener en cuenta al usar un tarro?


    Para garantizar que se puedan almacenar correctamente los alimentos en conserva, como mermeladas o salsas, durante varios meses, es importante asegurarse de que el anillo de goma esté intacto. Tampoco basta simplemente con limpiar los tarros después de su uso. 


    Hay que esterilizarlos. No es necesario comprar un aparato especial para esto, porque se puede lograr simplemente lavándolos con agua caliente y, luego, secándolos en el horno a 100 °C. 


    La forma más fácil de limpiarlos es en el lavavajillas, pues, en la mayoría de los casos, es ideal para una limpieza estéril. El contenido de los frascos también suele ser sensible al calor y la luz y estos deben almacenarse en un lugar fresco, seco y oscuro.


    Así te aseguras de que su contenido no se eche a perder.


    5. Conclusiones


    Todos los diferentes tipos de tarros suponen una forma de almacenamiento y conservación muy práctica, además de elegante. Estos frascos cumplen su propósito al máximo, ya sea como elemento decorativo, para presentar el producto que contienen o, de manera bastante clásica, para almacenar alimentos durante un período de tiempo más largo. 


    Al comprar este tipo de utensilios, hay que tener en cuenta el propósito que se les dará a los tarros y decidir qué tipo de frasco es el más adecuado para cada uno según el cierre. Como hay tarros disponibles en todo tipo de formas y capacidades, las posibilidades son muy variadas.


    FAQ

    ¿Cómo esterilizar los tarros?

    ¿Cómo me aseguro de que los tarros estén bien cerrados?

    ¿Qué tarros son los mejores?