d.o. rioja

La Rioja es una de las cinco zonas de elaboración de vino más importantes y notorias del mundo. Sin duda, se trata de una región vinícola por excelencia que adquirió la Denominación de Origen en 1925, convirtiéndose en la primera región vinícola de España en conseguir este reconocimiento. Posteriormente, en 1991, la D.O. Rioja fue promocionada a Denominación de Origen Calificada (D.O.C), la categoría más alta que una zona viticultora puede conseguir: esta indicación se reserva a las regiones vinícolas que han alcanzado la excelencia gracias a su gran calidad, dedicación y trayectoria.

La región, definida por el fructífero suelo arcilloso procedente del río Ebro, se divide en tres demarcaciones vinícolas: Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa, espacios delimitados por accidentes orográficos y criterios climáticos pero que, administrativamente, se extienden por distintas comunidades autónomas: La Rioja y el País Vasco, principalmente, así como, en menor medida, Navarra y Castilla y León.

El clima y la orografía hacen de La Rioja un lugar especial para el cultivo de la vid. En primer lugar, la región presenta dos climas diferenciados (continental y mediterráneo) que generan unas condiciones únicas: temperaturas suaves y precipitaciones medias anuales de 450-500 l/m2. Por su parte, la orografía marca el carácter de la uva: diferentes paisajes, alturas y composiciones edafológicas provocan grandes diferencias entre las tres demarcaciones o zonas vinícolas (Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa).

La tempranillo, autóctona de La Rioja, es la variedad principal de uva tinta cultivada en España y supone la base fundamental de la elaboración de los vinos con D.O. Rioja: el 90% de la producción corresponde al vino tinto, con abrumadora presencia de este tipo de uva (tempranillo), así como garnacha, aunque también están presentes, en menor medida, la uva graciano y mazuelo.

Las cepas con variedades blancas son viura, malvasía, garnacha blanca y tempranillo blanco. Así, los vinos blancos se elaboran, principalmente, a partir de la varietal viura, encoupage con otras varietales blancas; y, en el caso de los jóvenes, fermentan en barrica y presentan sabores afrutados. En caso de realizar un proceso de envejecimiento, se desarrolla en largas crianzas en barrica, lo que les confiere complejidad. 

Finalmente, los riojas rosados se elaboran, especialmente, con garnacha y es habitual comercializarlos jóvenes.

• Tinto joven: se consumen en el mismo año.
  
  

• Tinto crianza: este tipo de vinos, que ya presentan cierta madera, han permanecido, al menos, doce meses en barrica de roble.
  
  

• Tinto reserva: los reserva han envejecido, al menos, 36 meses: 12 meses en barrica y, posteriormente, embotellados (botella 75 cl). Se trata de tintos complejos que muestran cuero, fruta madura y especias.
  
  

• Tinto gran reserva: estos vinos han pasado 24 meses en barrica de roble y 36 en botella: son suaves, aterciopelados, tienen taninos muy finos y aromas muy complejos de resina, humo y especias.