Langosta para tu negocio de hostelería
La langosta es uno de los mariscos más apreciados y cotizados en el sector de la restauración. Cruda, cocida, fresca o congelada… Elige la opción que mejor se adapte a tu restaurante. Contamos con formatos especialmente pensados para la hostelería, en piezas, por gramos o por kilo para optimizar los tiempos de cocina y responder a las necesidades de nuestros clientes.
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Langosta de primera calidad para tu restaurante
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Sí, como es habitual en los crustáceos, las langostas cambian de color al cocinarlas. En el caso de las anaranjadas (la langosta roja, la más común), se vuelve más rojiza.
Entre las partes comestibles de la langosta destaca la cola, que es donde se encuentra la mayor parte de la carne de este marisco. A ello hay que sumarle las pinzas, las patas y el coral, situado en su interior, justo detrás de la cabeza.
Las principales técnicas para cocinar una langosta son la cocción y a la plancha. En el primer caso es importante seguir una serie de indicaciones para lograr que el marisco quede en su punto óptimo. Debe hacerse con abundante agua (que cubra por completo la langosta), sal (60 gramos por cada litro) y un poco de laurel. El marisco se introduce cuando empiece la ebullición y, a partir de aquí, se contabiliza el tiempo en función del peso de cada pieza. Así, para langostas de hasta medio kilo serán 13 minutos; entre 600-800 gramos, 17 minutos; entre 900-1.300, 19 minutos y para las más grandes (entre 1.400-1.600 g) entre 21-25 minutos. Además, este marisco también puede prepararse en arroz, al horno, en caldereta o ensalada.
El sabor de la langosta es uno de los más apreciados dentro de los tipos de marisco. Su carne es firme, dulce y deliciosa, con un toque que recuerda a la del cangrejo, pero mucho más refinado.