Plan de Negocio Gastronómico: Guía paso a paso para una puesta en marcha con éxito 

Un plan de negocio es una herramienta esencial para cualquier empresa ya que que proporciona una hoja de ruta para el negocio, dibujando sus metas y objetivos y cómo se lograrán. Además, establece las previsiones financieras de la empresa, incluidos los ingresos y gastos. Esta información es importante para los posibles inversores o prestamistas, pues les aportará una idea de los riesgos y beneficios que conllevará invertir en el negocio. Además de ser crucial para conseguir financiación, también es valioso para gestionarlo y hacer que crezca. Obliga a dar un paso atrás y a pensar en objetivos a largo plazo, en cómo alcanzarlos, permite hacer un seguimiento de los progresos y modificar la estrategia si es necesario. Por estas razones, un plan de negocio bien meditado es esencial para cualquier empresa de éxito, incluido un restaurante. 

6.1 Hay que entender los datos y los hechos  

Como fundador de un negocio del ámbito gastronómico, es importante entender los datos y las estadísticas, ya que el éxito de cualquier aventura empresarial depende de la toma de decisiones basadas en una información precisa. Afortunadamente, hay una gran cantidad de recursos disponibles que ayudan a los empresarios a conocer mejor el sector. En España existen asociaciones del sector hostelero a nivel nacional, autonómico, provincial y local. Es el caso, por ejemplo, de la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE) o la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT).

6.2 No pierdas de vista a tu público objetivo   

Antes de empezar a planificar tu negocio gastronómico, observa con detalle a tus clientes objetivo. ¿A quién esperas atraer a tu restaurante? ¿Qué tipo de comida les gusta? ¿Cuál es su presupuesto medio para una comida? ¿Estoy diseñando un plan de negocio para una hamburguesería o un restaurante de comida saludable? Cuando conozcas a tu clientela objetivo, podrás empezar con tu plan de negocio diseñando el menú, la decoración y la estrategia de marketing. Tómate el tiempo necesario para analizarlos y estarás en una posición mucho más ventajosa para crear una empresa de éxito.    

6.3 Nunca olvides con quién compites 

Un análisis de la competencia es una parte imprescindible de cualquier plan de negocios, pero es especialmente importante en el sector gastronómico. Esto se debe a que la industria de alimentos y bebidas es notoriamente competitiva, e incluso el más pequeño paso en falso puede conducir al fracaso. Estudiar detenidamente a tus competidores para identificar sus puntos fuertes y débiles es clave para desarrollar una estrategia global de éxito. Te contamos varias formas de realizar un análisis de la competencia.

El primer paso es identificar a tus competidores directos e indirectos. Los competidores directos son empresas que ofrecen productos o servicios iguales o similares a los tuyos. Por su parte, los competidores indirectos son aquellos que ofrecen productos o servicios sustitutivos. Por ejemplo, si vas a abrir un restaurante especializado en comida saludable, tus competidores directos serán otros restaurantes de similares características en la zona. Sin embargo, tus competidores indirectos podrían ser cadenas de comida rápida o para llevar u otros lugares del estilo.

Una vez identificados los competidores, el siguiente paso es evaluar sus puntos fuertes y débiles. Para ello, puedes recopilar datos sobre diversos aspectos de su negocio, como la oferta de menús, los precios, el servicio de atención al cliente, etc. y hablar con los clientes de los negocios de tus competidores para tener opiniones sobre los locales, la comida y el ambiente.

Siempre que te embarques en una nueva aventura empresarial es importante considerar cuidadosamente todos los riesgos potenciales. En el caso de un negocio gastronómico, hay varios a tener en cuenta. Por ejemplo, está el riesgo financiero asociado a los costes de puesta en marcha y los gastos corrientes. También está el riesgo operativo de gestionar una cocina, así como el riesgo para la reputación de servir comida que no cumpla con las expectativas de los clientes.

Otros a considerar son el riesgo normativo de cumplir la seguridad alimentaria y el riesgo competitivo de otras empresas que ofrecen productos o servicios similares. Al evaluar cuidadosamente todos ellos, puedes desarrollar estrategias para mitigarlos y dar a tu negocio gastronómico la mejor oportunidad de éxito.  

Cuando se trata de permisos y normativas hay una serie de cuestiones básicas para poner en marcha un restaurante o negocio gastronómico.

En primer lugar, debes asegurarte de que tu local está en condiciones y cumple todas las normas de seguridad exigidas, como licencia de actividad, apertura y salida de humos reglamentaria. También tendrás que obtener el carné de manipulador de alimentos y asegurarte de que todos sus empleados están debidamente formados en seguridad alimentaria. Además, deberás pagar los impuestos correspondientes.

Si puedes cumplir con todos estos requisitos, deberías estar bien encaminado para abrir un restaurante o negocio gastronómico con éxito.

Abrir un restaurante puede ser una tarea abrumadora, ya que hay un montón de aspectos cambiantes, por lo que puede resultar difícil hacer un seguimiento de todo lo necesario. Sin embargo, con un poco de planificación y organización, es posible abrirlo con éxito.

Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es establecer un calendario de tareas, lo que te ayudará a seguir por el buen camino y a no saltarte ningún plazo. He aquí un calendario sugerido para abrir un restaurante:

• De 6 a 12 meses antes de la apertura: Elegir un local, crear un plan de negocio y empezar a reunir capital.
• De 3 a 6 meses antes de la apertura: ultimar el menú, contratar al personal y empezar a trabajar en el marketing y la imagen de marca.
• 1-2 meses antes de la apertura: ultimar el diseño interior, encargar suministros y equipos y completar los trámites pendientes.
• 2 semanas antes de la apertura: realizar una prueba de funcionamiento del restaurante y, a continuación, ¡abrir sus puertas al público!